Cuando un bebé nace, es posible que tenga un orificio o hendidura en el labio superior o en el paladar. Es lo que se llama labio leporino y paladar hendido y en este artículo te contamos sus síntomas y cómo abordarlo.

En la mayoría de los casos se puede tratar sin problema, pero es importante saber en qué consiste y qué debemos hacer al respecto. ¡Vamos allá!

 

¿Qué son el labio leporino y el paladar hendido?

Este tipo de hendiduras son fácilmente identificables al nacer, pues se aprecia una separación del labio a uno de los lados del rostro, que puede extenderse a través de la encía superior y del paladar. Esto se produce porque los tejidos que forman los labios y el paladar no han llegado a unirse por completo antes del nacimiento.

Además, cabe destacar que normalmente los bebés adquieren esta patología como herencia genética, ya sea por antecedentes familiares, diabetes u obesidad durante el embarazo.

En ocasiones, este fenómeno ocurre solo en la parte superior de la cavidad oral, sin que afecte a la apariencia física del rostro del bebé, aunque existen excepciones.

Algunas de las consecuencias funcionales que pueden tener el labio leporino y el paladar hendido son: dificultad para tragar, voz nasal, infecciones de oído, problemas auditivos o problemas en el desarrollo de la futura dentición.

 

¡Ponle solución en nuestra clínica dental en Navalcarnero!

En la mayoría de las ocasiones, para corregir el labio leporino y el paladar hendido se ponen en marcha tratamientos de los que disponemos en nuestra clínica dental en Navalcarnero.

Nuestro objetivo es que tu pequeño/a pueda comer y hablar con total normalidad, así como mejorar su apariencia facial, si es el caso.

Pide cita sin compromiso y evaluaremos la situación del niño/a para decidir cuál es el plan de tratamiento más adecuado a su caso y sus necesidades.  ¡Os esperamos!