Un injerto de hueso es un procedimiento odontológico que permite rehabilitar el hueso maxilar y/o de la mandíbula tras su deterioro a raíz de la pérdida dental.
Con la pérdida de dientes, dejamos de estimular el hueso que sujeta a las piezas dentales en la zona en la que existe la ausencia, lo que se traduce en una disminución de su cantidad y de su calidad.
El momento más crucial que marca la necesidad de un injerto óseo es cuando el paciente desea o necesita ponerse implantes dentales. Para poder llevar a cabo la intervención, el soporte óseo para los mismos debe ser el correcto, cosa que no sucede si se encuentra deteriorado. Para ello, inicialmente se realiza el injerto de hueso que permitirá, más tarde, colocar la solución de implantología dental que se precise para asegurar la salud oral en Navalcarnero.
En qué consiste el injerto óseo
Un injerto de hueso se puede realizar de diversas formas, según sea la procedencia del hueso:
- Hueso del propio paciente: se realiza en casos de grandes necesidades óseas.
- Hueso particulado: se trata de diversos materiales que imitan bien al hueso y que pueden servir de sustituto en estas situaciones. Ejemplos son el Bio-Oss y el Emdogaim.
Si se lleva a cabo con la primera opción, anclaremos al hueso maxilar los injertos con placas y tornillos de titanio hasta conseguir una conjunción perfecta. En cuanto a la segunda opción, lo que conseguimos aplicando estos materiales es favorecer la generación de hueso de forma natural.
Si quieres que los implantes dentales le devuelvan la funcionalidad a tu sonrisa, pero dispones de poco hueso, ¡no te preocupes! En Clínica Santa Clara de Asís podemos darle solución mediante un injerto óseo.
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